Descripción
Permíteme contarte una historia encantadora sobre los buzones navideños:
Hace unas décadas, en los pueblos de España, los buzones eran iconos importantes. Eran el medio a través del cual las familias y parejas separadas por la distancia se comunicaban. Sin embargo, en las escuelas, los buzones también desempeñaban un papel especial durante la Navidad.
En una escuela, antes de las vacaciones, se celebraba una fiesta navideña. Los niños llevaban comida para compartir, pero lo que más emocionaba a todos era la presencia de pequeños buzones en cada pupitre. En estos buzones, los niños escribían cartas llenas de buenos deseos para quien quisieran. Los decoraban con colores y pegatinas, y algunos incluso dibujaban casas, coches y juguetes en las cartas.
Sin embargo, había un niño llamado Simón que era muy tímido y tenía dificultades para relacionarse con los demás. Temía que nadie le dedicara una carta especial. A pesar de ello, Simón decoró su buzón con gran habilidad y dulzura. Agregó un dibujo inusual: un coche rojo corriendo a toda velocidad por un camino verde.
Cuando llegó el día de la fiesta, Simón esperaba ansioso su carta, pero el buzón seguía vacío. Nadie se acercaba a hablar con él. Sin embargo, un niño se detuvo frente a su buzón y admiró el dibujo del coche. Le gustaba mucho. Simón, emocionado, le preguntó si quería ser su amigo. El niño aceptó y, desde entonces, Simón ya no se sintió solo ni extraño. Descubrió que era un niño como los demás, a pesar de su timidez.
Así, el mes de diciembre se convirtió en el más bello y maravilloso para Simón. ¡Feliz Navidad! 🎄💌
